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Finanzas

¿Cómo puedo vivir libre de deudas?

Quizá en este momento tu mente piense en varias cosas. ¿Acaso es pecado prestar dinero? ¡Cielos, nunca podré lograr nada si no presto dinero! Hasta mi iglesia presta dinero —seguramente, ¡mi iglesia no puede estar equivocada! etc., etc.—.

En primer lugar, no estamos diciendo que prestar dinero sea pecado. Pero tampoco estamos diciendo que no lo sea. Ésa es una decisión que tú y Dios deben tomar. No obstante, cuando busques Su voluntad en lo que respecta a este tema, asegúrate de considerar seriamente lo que Él dijo en Su Palabra. Por ejemplo: «No tengan deudas con nadie, aparte de la deuda de amarse unos a otros» (Romanos 13:8). «Puesto que el Señor tu Dios te bendecirá, como te lo ha prometido, podrás hacer préstamos a muchas naciones, pero tú no pedirás prestado nada; dominarás a muchas naciones, pero a ti nadie te dominará» (Deuteronomio 15:6).

«El Señor te abrirá su tesoro de bondad, que es el cielo, y en su tiempo te enviará la lluvia a tu tierra, y bendecirá todo lo que hagas con tus manos. Harás préstamos a muchas naciones, pero tú no pedirás prestado nada». El Señor te pondrá por cabeza, no por cola. Estarás por encima de todo, nunca por debajo, siempre y cuando obedezcas y cumplas los mandamientos del Señor tu Dios, que hoy te ordeno cumplir» (Deuteronomio 28:12-13). «…los deudores son esclavos de los prestamistas» (Proverbios 22:7). Estos versículos bíblicos hablan por sí solos.

Tú decides si quieres ser cabeza o cola. Además de eso, cuando pides prestado te endeudas con otra persona, y la miras como tu fuente de provisión. ¿Acaso no sería mejor que Dios fuera tu fuente de provisión?

Es probable que te estés preguntando: ¿Cree que Dios me permitirá pagar mis deudas tan rápido? Bueno, ¿con qué seriedad estás tomando la Palabra?, ¿cuánto tiempo y atención estás dispuesto a prestarle?, ¿qué tan obediente estás dispuesto a ser? Dios no hace acepción de personas, sin embargo, sí toma en cuenta tu fe y tu obediencia.

Entonces todo depende de ti, ¿verdad? Pues con la misma vara que midas, Él te medirá a ti. Es probable que al ver tu situación en estos momentos pienses: “Bueno ¿qué puedo hacer? Estoy hasta el cuello con tantas deudas”. Tal vez ni siquiera puedas ver cómo salir de deudas, mucho menos cómo permanecer fuera de ellas. Pero no te preocupes.

¡Lo más importante es creerle a Dios! Si quieres ser libre, sólo haz un compromiso delante de Dios de que saldrás de todas esas deudas. Eso no sucederá de la noche a la mañana, pero sucederá si le obedeces a Dios, y permaneces en la Palabra.