Finanzas

¡Dios se delita en mi prosperidad! ¡Él quiere que viva una vida en abundancia, a fin de que pueda ser de bendición para otras personas! Dios desea, por sobre todas las cosas, que yo prospere y esté sano —¡así como prospera mi alma! (3 Juan 2)

Las palabras tienen poder. Éstas pueden lastimar o bendecir. Sin embargo, el poder de las palabras va mucho más allá del impacto que tienen en nuestras emociones. Nuestras palabras tienen un poder sobrenatural —un poder que puede cambiar las circunstancias y formar nuestro destino.

Estos principios son los que Kenneth y yo usamos como fundamento de una vida próspera―y también como la mantenemos.
— Gloria Copeland.

Utiliza el poder de tus palabras para obtener la victoria financiera de una vez por todas. Utiliza estas confesiones y decláralas en voz alta.