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Finanzas

¡Dios se deleita en tu prosperidad!

¡Dios se delita en mi prosperidad! ¡Él quiere que viva una vida en abundancia, a fin de que pueda ser de bendición para otras personas! Dios desea, por sobre todas las cosas, que yo prospere y esté sano —¡así como prospera mi alma! (3 Juan 2)—.

La prosperidad es mucho más que sólo dinero. La verdadera prosperidad consiste en tener abundancia en todas las áreas de mi vida: ¡Paz en mi espíritu, plenitud en mi alma y sanidad en mi cuerpo!

Yo sé que mis talentos y habilidades provienen de Ti Señor. Gracias por creer que puedo hacer las cosas que planeaste para mi vida. Señor, yo hago de esos talentos y habilidades, un punto de referencia para recordar que me has dado el poder para obtener las riquezas —y eso está confirmado por tu pacto inquebrantable conmigo—. (Deuteronomio 8:18). ¡Eres bueno y Tu misericordia permanece para siempre!