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Finanzas

Siete principios que traen incremento

Estos principios son los que Kenneth y yo usamos como fundamento de una vida próspera―y también como la mantenemos.
— Gloria Copeland.

  1. Caminar en la verdad. Esto significa caminar a la luz de la Palabra de Dios, de acuerdo con Sus caminos, Su sabiduría y lo que Él ha dicho que es correcto. No me refiero a sólo leer las escrituras que hablan acerca de la prosperidad. Prosperas cuando llevas un estilo de vida o vives de acuerdo con todas las palabras que Dios te ha dicho.
  2. Fidelidad. Sé fiel en continuamente meditar en las promesas de la Palabra, hasta que éstas se hagan realidad en tu vida.
  3. Diligencia. La Palabra repetidamente nos dice que debemos buscar con diligencia a Dios, escucharlo, y obedecer Sus mandamientos. Deuteronomio 28:1-2 dice que cuando lo haces, las bendiciones te alcanzaran, pues Él: «…sabe recompensar a quienes lo buscan con diligencia (Hebreos 11:6). Y como Proverbios 10:4 dice: «…las manos diligentes conducen a la riqueza».
  4. Diezmar. El diezmo es una transacción de pacto, la cual involucra a Dios en lo que estás haciendo. El primer 10 % de tus ingresos —el diezmo— le pertenece a Dios. El diezmo está dedicado a Dios, y es usado para ayudar a los ministerios que te sustentan espiritualmente. Por medio del diezmo honras a Dios con tu dinero, permitiéndole bendecirte de manera sobrenatural.
  5. Sembrar. Después de diezmar, debemos sembrar de acuerdo con lo que Dios pone en nuestro corazón, y con una actitud correcta. La palabra hebrea para ofrenda, se deriva de una palabra que significa: Acercarse. Nosotros nos acercamos a Dios con nuestras ofrendas. En la Segunda carta a los Corintios 9:6 dice: «…El que poco siembra, poco cosecha; y el que mucho siembra, mucho cosecha». La Escritura de manera clara dice que cosechas lo que siembras (Gálatas 6:7). Si quieres recibir, entonces tienes que ser un dador.
  6. Creer. En la Biblia leemos en repetidas ocasiones: «…El justo por la fe vivirá» (Romanos 1:17; Gálatas 3:11; Hebreos 10:38). Abraham fue bendecido porque vivió por fe. Le creyó a Dios. Y nosotros debemos vivir de la misma forma: «De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham» (Gálatas 3:9).
  7. Declarar. La fe debe estar en dos lugares: en tu corazón y en tu boca. «Lo que dice es: «La palabra está cerca de ti, en tu boca y en tu corazón». Ésta es la palabra de fe que predicamos» (Romanos 10:8). Creer en tu corazón, y lo confesarlo con tu boca produce la operación de la fe. Jesús dijo: «Porque de cierto les digo que cualquiera que diga a este monte: “¡Quítate de ahí y échate en el mar!”, su orden se cumplirá, siempre y cuando no dude en su corazón, sino que crea que se cumplirá». (Marcos 11:23).
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