¡Sé que la voluntad de Dios es sanarme! Tengo un pacto con Dios, el cual incluye mi sanidad completa, no acepto ningún diagnóstico que diga que tengo alguna enfermedad terminal. En la Palabra de Dios dice que por la llaga de Jesús soy sano, por tanto, ¡soy sano y ningún arma forjada contra mí prosperará! La Palabra fue sembrada en mi corazón, la creo y obtengo mi cosecha de sanidad.
Aunque me sienta débil, no me rendiré ante esos sentimientos. Cuando soy débil, ¡el poder de Dios viene sobre mí para fortalecerme! Creo que la Palabra de Dios es verdad y obedezco lo que en ella se afirma, y Él es el Dios que me sana de todas mis enfermedades. Habito en la Palabra de Dios, la cual trae vida y salud a mi cuerpo.
Versículos de referencia: 1 Pedro 2:24, Isaías 54:17, Marcos 4:14-20, 2 Corintios 12:9-10, Éxodo 15:26, Mateo 8:17, Proverbios 4:20-23.